Mark Sánchez comprende por qué se ponen nerviosos los aficionados de los Jets de cierta edad cuando la gente pregunta acerca de las rodillas del mariscal de campo titular.
"He escuchado mucho ya sobre Joe Namath", dijo Sánchez con una sonrisa mientras almorzaba en el centro de entrenamientos Atlantic Health de los Jets. "[La rodilla] está bien. Fue una cirugía bastante menor. Comparando, creo que es algo mucho menos dramático y grave".
En sus primeras declaraciones desde la operación para estabilizar el tendón de la rótula en la rodilla izquierda, Sánchez le afirmó a newyorkjets.com que se siente bien tanto físicamente como mentalmente, y que espera estar listo para la segunda pretemporada en el reinado de Sánchez y Rex Ryan, para muchos una temporada importante y crítica.
"Estoy rehabilitando [la rodilla] como loco. Hago mucha terapia física. Estoy en contacto constante con el Dr. [Ken] Montgomery, y él está contento con mi progreso", dijo Sánchez. "En serio, estamos en el mismo calendario. Absolutamente estaré 100 por ciento recuperado al inicio de la pretemporada y listo para jugar la campaña".
Sánchez aceptó que la operación pudo haberle causado tensión y preocupación, pero el cuidado médico del Dr. Montgomery, director del cuerpo médico de los Jets, y de John Mellody, preparador físico principal, lo ha ayudado a sentirse tranquilo y relajado.
"Estos señores tienen buena fama: sus jugadores se recuperan a tiempo y están listos para jugar. No esperaba otra cosa", dijo Sánchez, quien se lesionó la rótula originalmente antes del inicio de su último año en la Universidad de Southern California. Volvió a agravársela el otoño pasado en el partido contra Carolina cuando se deslizó y recibió un golpe.
"Sabía que era algo que no quería que me causara problemas más tarde en mi carrera. Era cuestión de someterme a la operación, sufrir durante un par de semanas y mejorar", dijo Sánchez. "Elimina la posibilidad de que ocurra otra vez. Como atleta, me da tranquilidad. Una cosa menos que me puede suceder".
"Estar aquí y estar presente"
La rehabilitación lo ha beneficiado de maneras que no había previsto. Sánchez dice que aparte de un viaje de cuatro días a la costa Oeste, literalmente ha vivido en el moderno centro de entrenamientos de los Jets.
"Creo que esta lesión me ha enseñado un poco sobre lo que hay que hacer cada año fuera de temporada", dijo. "Por supuesto, no me refiero a la rehabilitación. Es estar aquí y estar presente. Si no, creo que no me hubiese dado cuenta. Hubiera estado en casa, quizá estudiando un poco de vídeo y los esquemas ofensivos, pero sin el enfoque que tengo aquí. Ha sido mi válvula de escape".
Es muy posible que Sánchez hubiese establecido residencia en el centro de entrenamientos aun si no se hubiera lesionado. Ha sido un estudiante dedicado, un futbolista aplicado y un líder nato desde que llegó hace un año como la quinta selección del sorteo del 2009 y declaró que la parte norte de Nueva Jersey era "mi nuevo hogar".
Sánchez acepta que tras completar su primera temporada, le corresponde ejercer su papel de mariscal y dar el ejemplo.
"No sé de qué otra forma explicarlo", dijo. "Es un rollo, pero uno bueno, que te mantiene inspirado y con ganas de levantarte cada mañana. Es casi como seguir el criterio de mariscal, de hacer las cosas como se deben, pero no porque te toca hacerlo, sino porque tienes muchas ganas de triunfar.
"Tienes que hacerte amigo de los jugadores que acaban de llegar. Sacar tiempo, aunque suene raro, para sentarte en el jacuzzi de agua fría con el tipo nuevo. Y no importa si habías estado ya metido en el jacuzzi. Es sencillamente para hablar con él: '¿Cómo estás? ¿Necesitas algo? Vamos al cine. ¿Quieres venir con nosotros'?".
Un jugador con quien Sánchez ya no podrá hablar es Thomas Jones, quien cambió de equipo y está con Kansas City. Es otro aspecto del juego profesional que Sánchez está conociendo por primera vez, la baja de un compañero con quien compartió en las trincheras toda la temporada. Sánchez afirmó que fue "duro" perder a Jones, uno de sus vecinos en el vestuario y uno de los mejores jugadores ofensivos. También calificó la experiencia como "agridulce" porque la marcha de Jones coincidió con la llegada de LaDainian Tomlinson.
"¿LaDainian? Es tremendo", dijo Sánchez. "Se ve en gran condición física. Y no estará jugando detrás de una línea ofensiva promedio. La nuestra es bastante buena. Será divertido con él, y me enseñará mucho, especialmente con los esquemas de protección, y también les ayudará a Shonn [Greene], a Leon [Washington], a Chauncey [Washington] aprender de su experiencia".
"Es bastante especial lo que tenemos"
Ahora le toca a Sánchez aplicar sus nuevos conocimientos para ayudar a los Jets. Espera que ésta sea su primera y última rehabilitación. Habla de vez en cuando con Namath, cuyas observaciones y sugerencias han sido "positivas" y "me han apoyado mucho". Más importante fue el hecho de que Sánchez sobrevivió intacto su primer año ante la apasionada afición de los Jets.
Y fue en gran parte por la manera en que los Jets celebraron su campaña 2009, una, según Sánchez, que fue "parecida a una obra de tres actos".
"Arrancamos al rojo vivo. Nadie podía con nosotros. Entonces tuvimos ese trecho horrible. Estaba tomando malas decisiones y no estaba jugando a mi potencial", dijo.
"Y al final, cuando era cuestión de vida o muerte, se convirtió en algo parecido al torneo universitario de baloncesto. Cada partido fue de uno de eliminación. Si triunfas, te clasificas. Sencillamente necesitábamos una oportunidad. Rex dijo: 'Llévanos a la postemporada y les prometo que iremos muy lejos'".
Irónicamente, los pronósticos de Sánchez para el torneo actual de la NCAA han sido un desastre. Pero él y su rodilla siguen progresando cada día, al igual que su equipo, que intentará en el 2010 dar dos pasos adicionales: ganar la final de conferencia y el Súper Bowl XLV.
"No creo que haya muchas cafeterías en la Liga que se parezcan a la nuestra", dijo Sánchez, señalando a un comedor ruidoso y lleno de jugadores que estaban almorzando tras otro día de entrenamientos fuera de temporada. "Cuando LT visitó el centro, vio a los demás corredores trabajando, a los mariscales entrenando juntos, a los muchachos haciendo grupos para ir al cine, pasar el rato o ir a comer.
"No es igual en todos los equipos. No quiero decir que un equipo sea mejor o peor que otro, pero es bastante especial lo que tenemos. Es difícil irse del centro y muy fácil quedarse un rato. Créeme, es un buen lugar".
